- Al atravesar la última calle se pueden ver los despojos humanos de la ciudad, personas que viven una realidad abstracta, personas que están a la sombra, son distintos a todo lo que vi antes, aquí son eternos, están condenados a vivir esperando, a vivir mintiendo, a vivir en la miseria, están condenados a ser observadores y mudos. No importa cuanto pase el tiempo, ellos siempre están ahí, para mostrarte lo poco que somos y lo lejanos que nos encontramos de la realidad, ellos solo aparecen de noche, son los rostros reales de la ciudad, son las flores pisoteadas, son los niños con los ojos muertos, los que caminan siempre a la sombra de los ángeles con alas quebradas, son los que duermen, siempre lo hacen.
Un camino que ya se hace eterno en cierto momento, ahora la calle esta solitaria y callada, no hay nadie a mi alrededor, esta bastante iluminada, a pesar de que de día paso siempre por aquí, de noche todo es distinto, a de ser la sensación como que todo esta descansando, quieto, vigilando al cielo, cielo que es negro, cielo sin vida. Mientras camino, todo en la calle se oscurece, por donde se mire esta oscuro, no hay ruido, y apenas se ven unas fugaces luces a mis espaldas, enfrente mío solo veo un abismo, y es a donde me dirijo, a un eterno olvido, ya todo sucede tan despacio, el tiempo transcurre tan apacible, apenas y me doy cuenta que sigo caminando, estoy en silencio, y en el silencio se escucha mi voz, voz que pronuncia su nombre, el que me aprieta el pecho, que me acongoja la garganta, que nubla mi ser, que mancha mi alma de tristes pensamientos, que sofoca mi aliento, que nutre mis sueños, sonrío, siento y sonrío, para aliviar, para olvidar. Entre toda esta oscuridad paso por debajo de un árbol, un árbol con flores, flores blancas, las que salen de noche solo para alegrarme, es lo único que crea luz, lo demás no existe, me ayuda a desaparecer, por un segundo, segundo que se hace eterno e inolvidable, tal cual como cuando la vi por primera vez, ese segundo que es toda mi vida, ese segundo cuando vi el cielo negro en tus ojos, ese cielo que me acompaña en mis largas caminatas nocturnas, en mis tristes y eternas caminatas sobre mi sombra, porque solo camino sobre ella, detrás de mi no hay nada mas que olvidos y melancolías, mas que miradas frías y perdidas, mas que vacíos y silencios.
- El fin es ahora, al final del camino esta todo lo que te digo ser, no miro hacia atrás, se que no hubo nada y que todo siempre estuvo en mis ojos, envuelto en mis fantasías y mis miedos, ahora todo es olvido y yo junto con ello. En el final mi silencio no existe, sonrío a todo, aquí mi ser no existe, aquí todo es mentira, aquí soy un ciego, aquí no veo ni escucho, aquí soy feliz, feliz porque no siento, feliz porque me miento.
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